A principios de los años sesenta entre un grupo de funcionarios del Banco Central de Costa Rica surgió la inquietud de conformar una organización cooperativa que contribuyera a solventar los problemas económicos del personal que se veía agobiado por deudas bancarias o de “prestamistas”, es decir, personas físicas que se dedican al préstamo de dinero con altas tasas de interés. 

En enero de 1964 inició el proceso de formación con las charlas de preparación para los potenciales asociados y se nombró un Comité Organizador integrado por seis asociados y asociadas que fueron asesorados por el entonces Departamento de Cooperativas del Banco Nacional y que tendrían a su cargo la redacción de la propuesta de estatutos y reglamentos internos, así como de la convocatoria para realizar la asamblea constitutiva.

Según se indica en el libro de actas No. 1, el 27 de abril de 1964 se realizó la primera Asamblea General Constitutiva de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de Empleados del Banco Central de Costa Rica, Responsabilidad Limitada con un capital inicial de 14.500 colones representados por 290 certificados de aportación de 50 colones cada uno lo que, sin duda, para esa época representó un gran esfuerzo económico de sus fundadores. 

Años después, el 19 de octubre de 1973, la Asamblea de asociados reformó el artículo 1° del Estatuto para modificar su nombre a “Cooperativa de Servicios Múltiples de los Empleados del Banco Central de Costa Rica” que es el actual.

En diciembre de 2021 entró en vigencia una reforma integral de nuestro Estatuto mediante la cual se modificó nuestra razón social nuevamente a Cooperativa de Ahorro y Crédito de los empleados del Banco Central de Costa Rica, .R. L.

Además, está registrada en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, mediante la resolución N° 67 del 23 de junio de 1964. La misma se constituyó y realiza operaciones en la República de Costa Rica, actualmente se encuentra ubicada en Goicoechea, 50 metros al sur del Palacio Municipal y tiene ocho funcionarios permanentes a tiempo completo.

El marco legal en el que se desarrollan las operaciones de la cooperativa, además de lo que dispone la legislación mercantil costarricense, está definido por la Ley de Asociaciones Cooperativas #4179 y por la Ley de Intermediación Financiera de las Organizaciones Cooperativas #7391. Actualmente está sujeta a vigilancia y fiscalización por parte del Instituto de Fomento Cooperativo (INFOCOOP), el cual emitió la “Normativa Prudencial para las Cooperativas de Ahorro y Crédito supervisadas por el INFOCOOP”, la cual es de acatamiento obligatorio. Además, la cooperativa es una unidad económica independiente y no pertenece a ningún conglomerado o grupo financiero.

Desde el período económico 2012 nuestra organización está sujeta a la supervisión por parte del Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (INFOCOOP), por lo que se le debe remitir información financiera y contable mensualmente.

Desde el 29 de febrero de 2024 estamos inscritos ante la Superintendencia General de Entidades Financieras como persona jurídica que otorga facilidades crediticias, esto según lo establecido en el Artículo 15 o 15 bis de la “Ley sobre estupefacientes, sustancias psicotrópicas, drogas de uso no autorizado, actividades conexas, legitimación de capitales y financiamiento al terrorismo” (Ley 7786 y sus reformas).

Para el personal administrativo y dirigencia de COOPEBACEN, R. L. es un gusto tenerle entre nuestros asociados!

El cooperativismo es un movimiento socio-económico, que respetando el carácter eminentemente social del ser humano y mediante la práctica de la solidaridad y la educación cooperativa, procura el progreso económico y el mejoramiento del asociado y de su familia. Es un trabajo mancomunado y solidario que realiza un grupo de personas para resolver sus problemas y satisfacer sus necesidades, que individualmente no podrían atender.

Si bien, pudieron existir mayores antecedentes, la primera manifestación documentada del movimiento cooperativo se tuvo a principios del siglo XIX en la localidad inglesa de Rochdale, en la calle del Sapo, donde, como en otras regiones, el progreso inevitable de la Revolución Industrial con su desbocado incremento tecnológico había convertido a los trabajadores en simples engranajes que debían producir bajo condiciones infrahumanas y con una paga abiertamente insuficiente para cubrir las más elementales necesidades.

En 1844, después de una prolongada huelga contra patrones de fábricas y tejedurías, las acciones en pro de mejores condiciones laborales que emprendieron 28 tejedores de Rochdale (27 varones y 1 mujer) se vieron frustradas y por ende sus actores perdieron el trabajo. Las apremiantes necesidades que debieron enfrentar los empujaron a buscar una solución común y después de una ardua campaña de ahorro, que contabilizó 28 libras esterlinas, deciden, con la oferta de cuatro productos de primera necesidad, abrir una despensa de tipo cooperativo.
A la vez que atienden la incipiente cooperativa, reinvierten las utilidades y mantienen entre ellos frecuentes reuniones en las que analizan y establecen las condiciones que regirán el proyecto y redactan las disposiciones que se amoldan a sus propósitos y que con menores cambios se constituirán hoy en los principios del cooperativismo.

Los principios que rigen el método cooperativo son:

1. Libre acceso o adhesión voluntaria: El movimiento cooperativo acepta y presupone la autodeterminación del individuo para llegar a libres acuerdos con sus iguales.
2. Control descentralizado, una persona, un voto: Supone que cada integrante de la cooperativa tiene iguales derechos y deberes que los demás y por ende las decisiones se toman en forma democrática.
3. Distribución de excedentes: La ganancia resultante del giro comercial de la organización beneficia a muchas personas pues se reparte entre los asociados, siguiendo normas equitativas establecidas.
4. Interés limitado al capital: Combate el lucro al remunerar al capital con un interés que combate la usura.
5. Neutralidad política, religiosa e ideológica: Si bien el cooperativismo tiene su propia línea de acción, no debe haber partidismo en su interior y se mantendrá neutral, rechazando todo sostén artificial externo al movimiento.
6. Fomentar la educación cooperativa: Las cooperativas brindan educación y entrenamiento a sus miembros, buscando el desarrollo de una cultura económica y social de tipo cooperativista, donde la gran mayoría sean los beneficiados de esa organización social, solidaria, igualitaria y libertaria.

De esta forma, el cooperativismo se presenta como una nueva concepción de la vida y de la sociedad, que democratiza la propiedad, la producción, la distribución de la riqueza, el consumo, el uso y la administración de los servicios esenciales.

Gracias al apoyo brindado por Inglaterra, Francia y Alemania, los beneficios de que gozan los cooperativistas hicieron que esta nueva forma de organización hoy esté extendida por todo el mundo y movilice un capital que ni siquiera imaginaron en 1844 sus fundadores en Inglaterra.